Me acabo de inventar el término, creo, pero diría que hay dos tipos de gore.
Sea como sea, la película va de eso, así que si no soportas ese género no la visualices.

Está el gore sangriento, que transmite impresión, dolor y atenta contra la sensibilidad.
Y está el gore guarro, podredumbre, abandono y tortura.

En muchas ocasiones van de la mano, como es el caso de esta película.

No hay mucho que salvar sinceramente. Actuaciones donde lo más brillante es la cara de pánico. Un guión que la poca frescura que intenta transmitir se torna en desconcierto.
Un desarrollo que mantiene interés hasta que la película se acomoda en una secuencia de gore "guarro" donde más que asco sentiremos desesperación, pero no ante lo que vemos, sino ante lo que dura, resulta larguísima por momentos.

Muy poco que salvar, un estilo bastante informal que precisamente por ello podría haberlo hecho mucho mejor.