Curiosísima película con la temática del psicópata o asesino en serie, con un desenlace realmente desazonante, de esos que necesitas unos minutos para recobrarte. Ahora bien, tampoco me parece una película redonda. Sí me parece un acierto:
- Profundizar en la figura del asesino: ver cómo practica, cómo toma notas, cómo aprende de sus errores, etc., transmitido de forma veraz, rodándose muchas secuencias en tiempos reales. Después, saber sobre sus motivaciones, sin caer en rollos metafísicos que acaban por hastiar.
- La construcción de la historia. Por ejemplo, al principio vemos a Raymond en la gasolinera simulando tener un brazo partido. Luego más tarde entendemos por la narración porqué actúa así. Otro ejemplo: una fotografía tomada que pretende Rex tenerla como pista, luego más adelante se ve el momento exacto en que la saca (lástima de furgoneta blanca).
- La historia cobra en intensidad, ritmo y suspense a partir de que Raymond se presenta a Rex.
Sin embargo, me parecen deficientes: la construcción de personajes, el ritmo desigual de la primera hora de película y alguna que otra secuencia. Por ejemplo, sinceramente al principio me daba la impresión de estar viendo un telefilm espantoso de sobremesa; también me parece un poco tonta la historia con la segunda novia o la campaña de búsqueda que hace en televisión (metido con calzador para servir de argumento a Raymond). Algunos diálogos dentro de estas escenas rozan la estupidez.