Muy entretenida. Mantiene el pulso, lo que no es fácil, y el interés los noventa minutos de vellón.
Buena premisa en un drama moral que mira a sus personajes con sano sarcasmo, con crueldad civilizada y ferocidad inocua.
La cuestión ética es simple y está cogida por los pelos. Pero es suficiente para destripar las almas de estos amigos normales, tan corrientes y molientes como un dolor de muelas o una infección venérea.
Retrato de costumbres y miedos.
¿El dinero da la felicidad? Por supuesto, me sacas de un duda. Ya que el dinero no es nada (y por lo tanto, todo), la excusa, solo lo que pones en él. Vale tanto como nosotros. Una vez satisfechas las necesidades básicas (hogar, alimento..., cada uno que ponga el límite donde quiera), sirve como cebo, aliciente, estímulo, ambición..., todas esas cosas que nos gustan tanto y que nos mantienen en pie, de guerra especialmente, dispuestos a matar (mejor) o morir (menos) por un puñado de tierra en el soñado paraíso, por eso que merecemos mucho y por lo que hemos luchado tanto, ¿no es verdad?, por eso que se empeñan en robarnos los otros, todos, siempre los muy malos, algunos con especial ahínco, habilidad y esmero.