Tesis: los gobiernos occidentales (concretamente el británico y el yanqui) son los que financian, entrenan y organizan los grupos terroristas que luego atentan en/contra sus propios países o tierras o en las de sus aliados, Gran Bretaña, USA, etcétera, ¿paradoja, aporía, antinomia, imposible lógico, tontería?, con el fin de mantener o activar todavía más todo tipo de negocios sucios, el control del petróleo, la venta de armas, el tráfico de drogas y, también, dos pájaros de un tiro, con el objetivo de tener acojonada (¿más si cabe o si ello fuera posible?) a la población entera, a expensas de lo que haga el gobierno de turno con ella, cualquier cosa, todo vale, además de así despistarles (esto aquí no se dice, pero se da, uno mismo lo da, por descontado, bonus track) o apartarles de los verdaderos problemas, del problema (único, real o absoluto y que engloba al resto), sea, los que mandan o dirigen, los que les sodomizan cada día con luz y taquígrafos, con premeditación y alevosía, ese es su verdadero y auténtico y claro enemigo y no otro, el origen de todos los males. ¿Paranoia, brocha gorda, sensacionalismo, maniqueísmo, bobada o ciencia cierta, ciencias exactas, perogrulladas, obviedades, del barquero las verdades? Estudia.
¿Es este el motivo por el que esta película no la visto ni el pichi ni el tato, no existe, ni Dios la conoce cuando es mejor, o ni muchísimo menos tan mala, que la inmensa mayoría de las que se hacen o estrenan hoy día con todos los parabienes de las fuerzas vivas, la oficial crítica y hasta la más aficionada?
¿O es también orillada por su final salvaje muy Taxi Driver pero no?
¿Que no la haya visto ni lepe demuestra fehacientemente que tienen razón, que no andan tan desencaminados, tabú, o no quiere decir nada, simple casualidad, una más?
Usted verá.
Bueno, la peli es pobre seca ascética, narrativa/estéticamente no es la gran cosa y hasta un tanto confusa o tópica (el héroe solitario de pasado nefando tormentoso belicoso que pena por las esquinas y que, para redimirse de sus pecados o impotencia, o para sublimar su dolor, transformar la angustia en algo bueno o bello, quiere salvar a la princesa, y de paso al mundo entero, de las garras del demonio) y gris, pero está bastante bien resuelta y acaba sin hacer, de las gordas o importantes por lo menos no, concesiones, sin caer en bagatelas sentimentales ni en morrallas morales o purrelas épicas, supone, por tanto, un entretenimiento seco, sereno y eficaz más una denuncia contumaz que ahí esta, dejándose, al principio, caer y, de manera rotunda y clara, como un puñetazo en toda le jeta, acusando, después, viendo pasar el tiempo, la puerta de Tannhäuser o de Alcalá, nada menos.