Nada. A la mierda la abuela. Belleza y poder. María Cristina me quiere gobernar. El agujero de la gloria.
Lo esencial es invisible a los ojos.
Gamberrada mujeriega que vale la pena a pesar de ser tan mala, sangre fresca, ellas también tienen derecho a hacer de verdad el idiota, a tirar la casa por ventana, a hablar de pollas o follar a diestra y siniestra, a ser cutres, vulgares y zarrapastrosas, no todas, aunque así lo pareciera, son monjas perfectas ni huelen a rosas, reivindicación sana de la mierda, la basura nos hará libres, di no al puritanismo y los melindres, no te rasgues las vestiduras, no hace falta tanta comedia, farisea, venga, que tú puedes.
Una versión muy mejorada de La boda de mi mejor amigo.
O los Farrely edulcorados, feminizados.
Es una nada blanda, una inmensa tontería, gran y feliz chapuza, una fuga anal, pero se le agradece mucho ese hacer el ridículo hasta el infinito, esos bailes y meneos, tanta estupidez sin freno.
A pesar de Sexo en Nueva York, todas las mujeres en realidad desean/esperan/sueñan/rezan con un príncipe azul a la vuelta de la esquina que las salve de la ignominia, claro que sí.
Las tres son muy estupendas, y Parker Posey, faltaría más, ellos no.
Las reales ángeles de charlie.