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Ferdydurke rating:
7
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- es
November 21, 2013
378 of 411 users found this review helpful
Película dialéctica: Tesis, Antítesis y Síntesis.
Tesis: cortejo o asedio.
La primera parte se hace eterna y, por momentos, insufrible. Consiste en asistir, una vez más, al enésimo diálogo merluzo previo al posible apareamiento; al infinito tema: chico (guapo, cómo no) conoce chica (guapa, cómo no), le da la murga hasta el umbral de la tortura y ella resiste numantinamente mientras que, al mismo tiempo, le hace mohínes, le pone caritas de arrobo y en el fondo se derrite por sus huesos. Aquí, además, hay un plus de amaneramiento y extrema autoconsciencia. El espectador desea que acabe la mostrenca conversación y a ver qué pasa. Pues sí, termina afortunadamente, llegan a la casa, la conversación se va adensando y...
Antítesis: reverso oscuro o quiebra.
La segunda parte es el opuesto de la primera; el juego permanece pero los papeles han cambiado; el tono ya no es el mismo; hemos pasado de la comedia banal a la situación absurda y desasosegante; de la esperanza al desquiciamiento; del humor al terror psicológico (recuerda, por ejemplo, a los ambientes tensos y enfermizos de Polanski). Lo que estaba soterrado sale a la luz; la supuesta inocencia se transforma en lucha de poder, amenazas y estallidos de violencia. Se han quitado las máscaras y ya van en serio.
Síntesis: dolor, desesperación y aprendizaje.
Y llegamos al gran final que acaba de dar sentido a lo anteriormente esbozado; concreta lo sugerido y cierra todos los caminos y temas abiertos. Los grandes finales son los que dan coherencia y significado a lo anterior, y este lo hace de forma implacable, hermosa y necesaria.
Tesis: cortejo o asedio.
La primera parte se hace eterna y, por momentos, insufrible. Consiste en asistir, una vez más, al enésimo diálogo merluzo previo al posible apareamiento; al infinito tema: chico (guapo, cómo no) conoce chica (guapa, cómo no), le da la murga hasta el umbral de la tortura y ella resiste numantinamente mientras que, al mismo tiempo, le hace mohínes, le pone caritas de arrobo y en el fondo se derrite por sus huesos. Aquí, además, hay un plus de amaneramiento y extrema autoconsciencia. El espectador desea que acabe la mostrenca conversación y a ver qué pasa. Pues sí, termina afortunadamente, llegan a la casa, la conversación se va adensando y...
Antítesis: reverso oscuro o quiebra.
La segunda parte es el opuesto de la primera; el juego permanece pero los papeles han cambiado; el tono ya no es el mismo; hemos pasado de la comedia banal a la situación absurda y desasosegante; de la esperanza al desquiciamiento; del humor al terror psicológico (recuerda, por ejemplo, a los ambientes tensos y enfermizos de Polanski). Lo que estaba soterrado sale a la luz; la supuesta inocencia se transforma en lucha de poder, amenazas y estallidos de violencia. Se han quitado las máscaras y ya van en serio.
Síntesis: dolor, desesperación y aprendizaje.
Y llegamos al gran final que acaba de dar sentido a lo anteriormente esbozado; concreta lo sugerido y cierra todos los caminos y temas abiertos. Los grandes finales son los que dan coherencia y significado a lo anterior, y este lo hace de forma implacable, hermosa y necesaria.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
De ella sabemos mucho pese a que no nos explican casi nada (gran acierto: suele ser penoso cuando lo dan todo masticado y no te dejan imaginar nada); podemos deducir que es una chica extremadamente sensible, frágil y vulnerable que acaba de salir de una gran crisis (seguramente una depresión con intento o por lo menos deseo de suicidio) y que siente que no encaja; que no encuentra su lugar en el mundo y que teme no encontrarlo jamás. La noche en la que transcurre la primera parte es la primera vez que intenta salir después de mucho tiempo y, por temor a volver a romperse, tiene una actitud defensiva y cortante y al mismo tiempo angustiada y anhelante (de amor, calor humano o como queramos llamarlo).
Él es el típico y tópico chulo piscinas urbanita, tierno y encantador; el joven perfecto y superfluo; vacuo, tramposo y maravilloso que se mueve como pez en el agua en el campo abierto de la seducción de pacotilla y el ligue ocasional. Se cree más de lo que es realmente; no pasa de mequetrefe embaucador, de tahúr de medio pelo.
A ella, la experiencia le confirma sus peores temores: que no se puede confiar en la gente y que ella es incapaz de entender y jugar el juego ( "el hombre es un lobo para el hombre" y ella es una corderita indefensa y minúscula).
Él no ha aprendido nada, solo lo ha pasado mal por la reacción de ella. Su conocimiento llegará después, cuando la película se haya acabado; el suicidio de ella será el espejo en el que se verá patética y groseramente reflejado.
Película que parte de tópicos retrógrados y terriblemente manoseados; la sempiterna guerra de los sexos en la que la mujer es pasiva, busca el amor y el compromiso obsesivamente y aunque diga no (al sexo), en el fondo espera que sí; y en la que el hombre solo busca el sexo sin ataduras, miente como un bellaco (la mundialmente famosa frase de "... hasta meter... " o algo así) y aunque diga sí (al amor), en el fondo espera que no; y acaba transcendiendo progresivamente hasta convertirse en una gran película tanto formalmente (bella fotografía y perfecto montaje y utilización de la cámara) como sobre todo de contenido: reflexión atinada, matemática, cruda y poderosa sobre el amor, el sexo como campo de batalla sutil y complejo y especialmente sobre las relaciones humanas, el deseo de comunicarnos y entendernos y lo difícil y doloroso que puede llegar a ser todo eso.
Por último, los actores: él está bien en un papel difícil en el que quizás flojea en los momentos más dramáticos; ella está soberbia: precisa y delicada, contenida y desgarrada.
Él es el típico y tópico chulo piscinas urbanita, tierno y encantador; el joven perfecto y superfluo; vacuo, tramposo y maravilloso que se mueve como pez en el agua en el campo abierto de la seducción de pacotilla y el ligue ocasional. Se cree más de lo que es realmente; no pasa de mequetrefe embaucador, de tahúr de medio pelo.
A ella, la experiencia le confirma sus peores temores: que no se puede confiar en la gente y que ella es incapaz de entender y jugar el juego ( "el hombre es un lobo para el hombre" y ella es una corderita indefensa y minúscula).
Él no ha aprendido nada, solo lo ha pasado mal por la reacción de ella. Su conocimiento llegará después, cuando la película se haya acabado; el suicidio de ella será el espejo en el que se verá patética y groseramente reflejado.
Película que parte de tópicos retrógrados y terriblemente manoseados; la sempiterna guerra de los sexos en la que la mujer es pasiva, busca el amor y el compromiso obsesivamente y aunque diga no (al sexo), en el fondo espera que sí; y en la que el hombre solo busca el sexo sin ataduras, miente como un bellaco (la mundialmente famosa frase de "... hasta meter... " o algo así) y aunque diga sí (al amor), en el fondo espera que no; y acaba transcendiendo progresivamente hasta convertirse en una gran película tanto formalmente (bella fotografía y perfecto montaje y utilización de la cámara) como sobre todo de contenido: reflexión atinada, matemática, cruda y poderosa sobre el amor, el sexo como campo de batalla sutil y complejo y especialmente sobre las relaciones humanas, el deseo de comunicarnos y entendernos y lo difícil y doloroso que puede llegar a ser todo eso.
Por último, los actores: él está bien en un papel difícil en el que quizás flojea en los momentos más dramáticos; ella está soberbia: precisa y delicada, contenida y desgarrada.