Jugarse los dineros de una coproducción con tres pesos pesados europeos, con un reparto internacional de rostros muy conocidos, dotarla de un aire de blockbuster hollywoodiense y tener que sacarle punta al recurrido tema del hombre que pierde su identidad parece misión imposible. Collet-Serra, director catalán exiliado a Hollywood hace 17 años lo consigue con todo lo bueno y malo que ello conlleva. La cinta entretiene, mantiene el interés hasta el final a pesar de que según avanza el metraje los caminos se vuelven mas trillados y uno sale del cine sin acordarse de lo caro que valen las entradas. Neeson cumple como buen todoterreno, January Jones sigue esperando poder demostrar que es algo mas que un bonita barbi a la que poner vestiditos y el impagable Bruno Ganz nos deja con la miel en los labios con un personaje merecedor de mas desarrollo.
Berlín aparece con aires inquietantes cercanos a un Blade Runner actual, las secuencias de acción son eficientes y nos queda muy claro que marca de coche patrocina la película. Y hasta en algunos momentos parece que Hitcoth va a aparecer sentado en un sillón de un hotel o perdiendo un taxi ante los protagonistas. Queda decir aquello de Punset: "Nuestras neuronas no saben quien somos ni les importa"