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Áralan rating:
5
2019
Sam Levinson (Creator), Sam Levinson ...
7.5
15,010
TV Series. Drama
TV Series. (2019-). 2 Seasons. 16 Episodes. A look at life for a group of high school students as they grapple with issues of drugs, sex and violence. The series focuses on the relationship between two young girls trying to find their place in the world: recovering addict Rue (Zendaya) and new-in-town Jules (Hunter Schafer).
Season 2: release date january 9, 2022.
Renewed for a Third Season.
Season 2: release date january 9, 2022.
Renewed for a Third Season.
Language of the review:
- es
July 17, 2019
95 of 131 users found this review helpful
Si quieres ver un relato realista sobre la juventud y los problemas de la adolescencia, esta no es tu serie.
¿Por qué? Porque quien ha hecho el guion, que no es adolescente, expone problemas que ya no son suyos, exagera los reales y los resuelve cinematográficamente. Es decir, de una manera irreal, hiperbólica.
¿Ejemplos? (zona spoiler)
Lo malo de hacer tal suspensión de la realidad, es que no te lo crees. Y si no te lo crees, no te emocionas. Y si no te emocionas, te da igual lo que pasa con los personajes y lo que te cuentan. Además, la constante y cargante voz en off empieza a tocarte las narices.
Pero la cinemática es buena (estupendo el plano de subir por las paredes y el techo de Zendaya), la fotografía, las interpretaciones, alguna idea no hiperbólica que lanza, y sigues.
Y llega el tercer capítulo y la hipérbole se suaviza. Zendaya, que lo borda en su papel desde el principio, y Jules, cuya presentación en el capítulo uno es otra memez que sirve como recurso para presentar a ya sabréis quién, empiezan a tener una relación más normal. De repente, todo se torna más realista.
Y las emociones surgen, la relación entre personajes mejoran, el guion cobra algún sentido, las reacciones a los hechos empiezan a ser coherentes y sospechas que los primeros capítulos, a base de mostrar sexo, pollas, pechos, culos y situaciones tan realistas como las de la película «Vino el del Butano y se la Metió por el Ano» estaban para capturar clientela, que los medios hablaran de ella, los grupos conservadores le hicieran publicidad indirecta. Puro marketing. Relleno para contar otra cosa.
Y seguramente funcione. De hecho, todo el mundo habla de las escenas cargadas de sexo, de las drogas y blablablá.
Y entiendo a quien quiera ser padre o madre, vea esta serie y salga corriendo a hacerse una vasectomía o una ligadura de trompas.
Yo lo haría.
Por fortuna, los adolescentes son mucho más que la caricatura que hacen aquí de ellos.
Y sí, habla de problemas que se dan en al adolescencia.
Pero a lo Euphoria.
Si os interesa, es lo que hay.
Espero que os guste más que a mí.
¿Por qué? Porque quien ha hecho el guion, que no es adolescente, expone problemas que ya no son suyos, exagera los reales y los resuelve cinematográficamente. Es decir, de una manera irreal, hiperbólica.
¿Ejemplos? (zona spoiler)
Lo malo de hacer tal suspensión de la realidad, es que no te lo crees. Y si no te lo crees, no te emocionas. Y si no te emocionas, te da igual lo que pasa con los personajes y lo que te cuentan. Además, la constante y cargante voz en off empieza a tocarte las narices.
Pero la cinemática es buena (estupendo el plano de subir por las paredes y el techo de Zendaya), la fotografía, las interpretaciones, alguna idea no hiperbólica que lanza, y sigues.
Y llega el tercer capítulo y la hipérbole se suaviza. Zendaya, que lo borda en su papel desde el principio, y Jules, cuya presentación en el capítulo uno es otra memez que sirve como recurso para presentar a ya sabréis quién, empiezan a tener una relación más normal. De repente, todo se torna más realista.
Y las emociones surgen, la relación entre personajes mejoran, el guion cobra algún sentido, las reacciones a los hechos empiezan a ser coherentes y sospechas que los primeros capítulos, a base de mostrar sexo, pollas, pechos, culos y situaciones tan realistas como las de la película «Vino el del Butano y se la Metió por el Ano» estaban para capturar clientela, que los medios hablaran de ella, los grupos conservadores le hicieran publicidad indirecta. Puro marketing. Relleno para contar otra cosa.
Y seguramente funcione. De hecho, todo el mundo habla de las escenas cargadas de sexo, de las drogas y blablablá.
Y entiendo a quien quiera ser padre o madre, vea esta serie y salga corriendo a hacerse una vasectomía o una ligadura de trompas.
Yo lo haría.
Por fortuna, los adolescentes son mucho más que la caricatura que hacen aquí de ellos.
Y sí, habla de problemas que se dan en al adolescencia.
Pero a lo Euphoria.
Si os interesa, es lo que hay.
Espero que os guste más que a mí.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
1.- ¿Que los niños del mundo están sobrediagnosticados de enfermedades infantiles? Cojamos ese argumento, en una niña de 11 años cuyo padre está enfermo. En una secuencia de diagnóstico estúpida a más no poder, terminan metiéndole pastillas para aburrir que la dejan atontada. El TDAH es lo que tiene. Eso, más adelante, lo enlazan con su primera pastilla de una droga nueva que toma su padre para tratar el dolor y que ella se la traga ... con el padre enfermo al lado durmiendo. Lo normal.
2.- Los niños se drogan. ¿Qué recurso metemos? El camello es un chaval de diez años que viste y habla como uno de 18 y sabe de química, drogas y criptomendas como un ingeniero de 40. Y es que, claro, su hermano mayor le ha enseñado. EEUU. Es otra educación.
3.- Mi novio me ha dejado y quiero volver con él. ¿Qué hago? Darle celos. Típico recurso. Me magreo con otro que no me gusta y que me vea. Pero esto es Euphoria. Hay que llevarlo al extremo. Entonces, me follo a ese otro delante de su cara, en una piscina, en medio de una fiesta y con todo el mundo grabando con el móvil.
4.- ¿La reacción del chico que lo ve? En los días siguientes, sigue al chico que la chica se folla, ve donde vive, entra en su apartamento, le revienta con un bate y a base de hostias, se ducha en la propia casa, se viste con la ropa del vapuleado y se larga como si allí no hubiera pasado nada. Vamos, pura cotidianeidad.
5.- Todas las chicas están delgadísimas o tienen unos pechos estupendos. Los chicos, todos cachas y monos. Como tenemos que hablar de la falta de aceptación del cuerpo, metemos a alguien con obesidad. ¿Que tenemos que hacer que se acepte? Pues nada. Lo hace subiendo videos pornos de tallas grandes y los «me gusta» la refuerzan positivamente. Y eso le da mucha seguridad.
Así, todo el rato.
2.- Los niños se drogan. ¿Qué recurso metemos? El camello es un chaval de diez años que viste y habla como uno de 18 y sabe de química, drogas y criptomendas como un ingeniero de 40. Y es que, claro, su hermano mayor le ha enseñado. EEUU. Es otra educación.
3.- Mi novio me ha dejado y quiero volver con él. ¿Qué hago? Darle celos. Típico recurso. Me magreo con otro que no me gusta y que me vea. Pero esto es Euphoria. Hay que llevarlo al extremo. Entonces, me follo a ese otro delante de su cara, en una piscina, en medio de una fiesta y con todo el mundo grabando con el móvil.
4.- ¿La reacción del chico que lo ve? En los días siguientes, sigue al chico que la chica se folla, ve donde vive, entra en su apartamento, le revienta con un bate y a base de hostias, se ducha en la propia casa, se viste con la ropa del vapuleado y se larga como si allí no hubiera pasado nada. Vamos, pura cotidianeidad.
5.- Todas las chicas están delgadísimas o tienen unos pechos estupendos. Los chicos, todos cachas y monos. Como tenemos que hablar de la falta de aceptación del cuerpo, metemos a alguien con obesidad. ¿Que tenemos que hacer que se acepte? Pues nada. Lo hace subiendo videos pornos de tallas grandes y los «me gusta» la refuerzan positivamente. Y eso le da mucha seguridad.
Así, todo el rato.