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Sodapop rating:
5
TV Series. Animation. Adventure. Fantasy. Comedy. Kids A young boy named Ash Ketchum embarks on a journey to become a "Pokemon Master" with his first Pokemon, Pikachu. Joining him on his travels are Brock, a girl-obsessed Rock Pokemon Trainer, and Misty, a tomboyish Water Pokemon Trainer who may have a crush on him. Ash and Co. end up traveling through various regions, including Kanto, the Orange Islands, and Johto, and then enter the Pokemon League competitions there. Along the way, they ... [+]
Language of the review:
  • es
September 14, 2015
14 of 16 users found this review helpful
Venga, voy a hacer una crítica a la serie de Pokemon. ¿A estas alturas? Sí, me hago mayor y pienso en mi infancia. Y en ella habían bichos llamados Pokemon.

Para empezar, si no naciste a finales de los 80 o principios de los 90, seguramente no te pilló la fiebre Pokemon y de poco te va a servir lo que aquí escriba, así que si eres anterior, quédate con tus Fraggle Rock de pacotilla, y si eres posterior, con tu Minecraft de pacotilla, mientras yo recuerdo a mis Pokemon de pacotilla.

Qué mala era la serie. Pero mala, mala. Pero qué divertida e indispensable en mis mañanas, antes de ir a la plazoleta a jugar a las canicas, intercambiar cromos y ganar tazos. Plazoleta, canicas, cromos, tazos. Si tienes 15 años debes estar flipando.

Este serial seguía el modelo Doraemon, otro clásico. Es decir, hacer lo mismo una y otra vez. Pero yo me pasaba la Liga Pokemon con mi Game Boy una y otra vez también, así que nada. El resumen es que los tres chavales van andando por ahí con una mochilita en la que les cabe saco de dormir, utensilios de cocina, tiendas de campaña, cañas de pescar, etc. y en cada capítulo el Team Rocket fracasa en sus intentos de capturar a Pikachu. De vez en cuando ganan alguna medalla y listo.

Cómo odiaba a Ash, siempre tan sobrado, con su maldito Pikachu que era un dios o un semidios según el capítulo, con su manía de capturar a un Pokemon cada 70 capítulos, con su hábito de ir soltando a los que ya tenía por razones cada vez más patéticas, con su ignorancia al necesitar la Pokedex porque no sabía qué era un Seadra o un Alakazam, con su ninguneo al infravalorado Bulbasaur (sí, panda de mataos, yo me cogía a Bulbasaur y lo petaba, quedaos con vuestro Charizard, borregos)...

¿Y por qué la veía si no soportaba ni a Ash ni al Pikachu? Porque la fiebre Pokemon abarcaba todas las dimensiones de entretenimiento: cromos, videojuegos, tazos, tele, cine y Dios en su misericordia me salvó de su música (salvo el Pokerap). Si fuera el doble de mala y odiara el doble a Ash, también la hubiera visto. Salían Pokemon y no hay más historia. Y también porque tenía la absurda esperanza de que el estúpido de Ash hiciera de una vez lo que hacen los entrenadores, capturarlos a todos.

Un aspecto a su favor es que, pese a autoexplicarse hasta la arcada, tenía un humor un poco menos infantil que las series que se estilaban. Yo la veía casi como un documental histórico, pero siempre agradecía los toques de humor anime.

En fin, fui creciendo, fueron apareciendo nuevos Pokemon con forma de robots, llaveros, , candelabros, sacacorchos, etc., la tele echaba el capítulo 45 y después el 26 y el 58 y así tampoco había manera de seguir. Así que se extinguió en mi vida poco a poco. Pero no desapareció. Sigue habiendo un entrenador Pokemon en mí.

Escoged a Bulbasaur, mataos.

PD: la fiebre Pokemon ha pasado, pero he caído en la de los blogs de cine y eso. Ya se me pasará, mientras tanto, publi: www.cinenecio.wordpress.com
Sodapop
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