No deja de ser irónico ver a Jennifer Lawrence haciendo el papel de espía rusa pudorosa, cuando todos hemos visto sus fotos robadas con el lefazo en la cara. A mí su personaje me parece la mar de soso, apático y monótono. Puede que se deba a la actriz de doblaje, que lee las frases como quien lee la lista de la compra.

Todos los personajes rusos que salen en esta película son viles y traicioneros. Manda narices. Los estadounidenses, sin embargo, son los que se preocupan por el gorrión, los que cumplen su palabra, etc. Americanada total.

La relación malsana del tío con la sobrina, no termino de encajarla en el puzzle. El final tampoco me satisface plenamente (ver spoiler).