La sutileza nunca fue una cualidad de este director, y su principal meta siempre fue hacer productos divertidos y rentables. Y no está mal, pero escribir guiones durante una noche loca de speed, farlopa y anís me parece contraproducente. Lucy es una tontería muy grande que por motivos arcanos cuenta entre sus filas a la Johanson y al pobre de Morgan Freeman, que no deben tener otras ofertas los pobres. La premisa de que el ser humano aproveche su cerebro al 100% es estimulante, pero no en estas manos/zarpas: para Besson este hipotético supuesto consiste en que el sujeto se pone en "modo Dios", desatándose un infierno audiovisual de montaje jazzistico, escenas absurdas y moderneces inoportunas. Que el argumento sea una sandez del tamaño de Soria es un efecto colateral, pero que Luc "manoslargas" Besson se permita hacer una antología del plagio ya tiene menos gracia: el último cine surcoreano, Akira, The Matrix, 2001, el episodio 109 de Los Simpson y así ad nauseam. En fín, que la vea quien se atreva.

¿Y donde está Mila Jovovich?.