Siempre recordaré la primera vez que vi ‘Airbag’ y el ataque de risa que tuve durante toda la proyección. Una película desmadrada que se reía de todo y de todos, con algunos cameos legendarios. Ahora, sus responsables, vuelven a la carga con ‘Rey Gitano’ y se hubiera estrenado diez y quince años antes a lo mejor todo tendría algún sentido. Pero lamentablemente esta secuela no oficial de ‘Airbag’ llega demasiado tarde.

Y el principal mal de la película es la no evolución. Como todo en esta vida, el humor también ha evolucionado con el tiempo y no nos reímos de las mismas cosas que hace unos años. Pero ‘Rey Gitano’ entiende que si ‘Airbag’ te hace gracia, esta película también. Y no es así.

Porque el hecho de que la película sea un disparate pues hombre, sinceramente, con eso ya contaba, pero no con que tuviera nula o poca gracia. Creo que el único instante con el que conseguí sonreír fue con la aparición de Ernesto Sevilla.

Además, la película da un nulo tratamiento a los personajes. Sin ir más lejos, en ‘Airbag’, terminabas cogiendo un cariño enorme a Pazos (Manuel Manquiña) y aquí las situaciones se van sucediendo sin que te importe lo más mínimo quien muera, gane o pierda. Sabes que todo se va a liar enormemente y que va a haber una crítica social escondida pero muy directa. Y nada más.

‘Rey Gitano’ llega demasiado tarde. Queda obsoleta poco después de su visionado, que es muy poco entretenido y, lo peor de todo, poco o nada gracioso.

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