A pesar de su juventud, Daniel Sánchez Arévalo lleva unas cuantas películas a sus espaldas demostrando talento, maña y una identidad propia que no ha traicionado con ‘La Gran Familia Española’. Estáis equivocados todos vosotros amantes futboleros que pensáis que vais a ver un resumen del España-Holanda de 2010, pues el partido es una mera excusa para hablarnos de actos de amor valientes y de la familia. Todo esto con sus buenas raciones de humor.

Si en su película anterior nos hablaba de la importancia que tiene el estar unido a la familia, ya no tan cercana, que suponen los hijos de los tíos, ahora toca presentarnos la historia de cinco hermanos muy distintos. Con sus problemas, virtudes y defectos. Y todos ellos rematadamente entrañables.

Otra seña de identidad del director, que deja de nuevo patente tras la sobresaliente ‘Primos’ (que me encanta y que cada vez que veo descubro un detalle nuevo que hace que me guste más) es su habilidad para sacar lo mejor de sus actores a partir de un guión que él mismo ha ideado. Así, Quim Gutiérrez podría repetir tics vistos en anteriores trabajos, pero resulta que parece una persona completamente distinta. Al igual que Antonio de la Torre y Verónica Echegui.

La película es, también, una gran oda de amor al cine, con sus referencias claras a ‘Siete novias para siete hermanos’. Una buena elección para ver en el cine este fin de semana y otro pasito hacia adelante en la carrera de este gran director. A seguir así.

Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com