El bullying está a la orden del día. Se hizo, se hace y se hará. Combatirlo es difícil, pues la persona que lo sufre no dice nada, por tanto o lo descubres furtivamente o no hay manera. Las consecuencias también son difíciles de evaluar; a alguien le afectarán mucho unos insultos y a otro nada, una paliza no la recibe de igual manera todo el mundo, por lo que el desenlace siempre es totalmente imprevisible.

Safari es la historia de lo que puede desencadenar el bullying, el acoso escolar continuado. Realmente está enmascarado en un problema psicológico, pero no es así. Es un cortometraje dirigido por Gerardo Herrero, una historia dura y que aterroriza. En él se observa una matanza inspirada en Columbine y con una ambientación parecida a la tratada en Elephant de Gus Van Sant, donde se empieza sin conocer nada y se va indagando hasta llegar a saber el desencadenante. La angustia de los pasillos, las eternas carreras por intentar huir sin saber si lo vas a conseguir, el seguimiento a la profesora y la alumna hacia un lugar seguro (o ese creen ellas)… un gran ejercicio de estilo que ha llevado la obra a diferentes festivales y a la nominación al Goya a mejor cortometraje de ficción.

Sobresaliendo la ambientación, y el temple para transmitir la gran sangre fría del protagonista, se echa de menos algo de equilibrio ante la electrizante vivencia. Es la sensación que deja, que aun siendo un notable corto (y muy veloz) le falta una chispa para acabar despuntando del todo. Aun así, muy recomendable ver hasta donde se es capaz de llegar en una situación así, y poniendo los pelos de punta ante la crueldad que se observa. Una gran obra que se merecía algo más que la simple nominación.

(Léase en Mundo Crítica www.mundocritica.com)