Un gran rascacielos se prepara para su fiesta inaugural... pero la tragedia está al caer en este edificio de oro con pies de barro, y el suspense se encuentra tras la puerta de emergencia.

"El coloso en llamas" es un estandarte del cine catastrófico con merecimiento y justicia. Quizá no pueda presumir de complejidad en su argumento o de mareante y espectacular modernez en sus escenas de acción... pero sí que puede presumir de grandes interpretaciones y de buenas dosis de suspense (con pequeños puntos de drama).

El film no evita ser una superproducción setentera de lo más comercial sin riesgo a fracasar (recuerda a todas las obras posteriores sobre tragedias colectivas), con un enorme despliegue para narrar una tragedia espectacular de grandes dimensiones y con un reparto saturado de estrellas de cine consagradas (pero de las verdad, de esas viejas glorias que sí saben lucirse y hacerse con un personaje en cuestión de segundos).

Su arranque no es precisamente algo memorable. El ritmo del film es bastante lento (cosa que se adecua con maestría en los momentos de suspense, pero que aburre enormemente cuando no se nos narran puntos claves en la tragedia). El principio es totalmente hastiante,.. sin embargo, según progresa el metraje, la historia se va haciendo de lo más intrigante y expectante gracias a una trama que, una vez entra en la acción de la catástrofe, resulta de lo más gustosa en su angustia y misterio. Y también gracias a un reparto coral de personajes breves pero bien perfilados y decentemente interpretados que se ganan el cariño o resquemor en muy poco tiempo (incluyendo a un desconcertado Newman como arquitecto, a una sugerente Dunaway como interés romántico, a un impecable McQueen como imponente, aguerrido, responsable y heroíco bombero y a un sorprendente y entrañable Astaire como anciano melancólico y enternecedor), incluso los personajes malvados son capaces de generar la animadversión que pretenden. Esto hace que el interés por el destino de nuestros protagonistas se vaya incrementando a la par que se complica y multiplica el conflicto de la película. La ambientación y los efectos no son algo innovador... pero sí son algo totalmente inmersivo. Y el guión no es una sarta de frases tontas como en el cine catastrófico de hoy en día.

Lo cierto es que el nudo del metraje mantiene en vilo y resulta imposible escapar de las llamas, las oscuridades, los amasijos de hierro y los socavones vertiginosos de una película que va incrementando el interés cuanto más se va enmarallando en su conflicto.

En fin, gran acción de rascacielos con emoción, intriga y entretenimiento. Ideal para los amantes del cine castrófico que descubrirán con este film que se puede disfrutar de algo muy emocionante y vibrante sin un empacho de acción engorrosa o sin personajes que solo se hablen chorradas a gritos.

Lo mejor: La ambientación y los efectos del incendio. Las actuaciones. El buen uso del suspense.
Lo peor: Su primer tercio...