Creo que esperan a estas fechas para ponernos por la televisión toda la mierda infumable que han recolectado en el año. No sé que mierda pinta una película como esta en mis críticas, pero si lo pienso un poco mejor, es porque no tengo nada que me apetezca hacer más que ver algo de "cine". Nos presenta un argumento con muy poco interés, muy navideño, aderezado por una cantidad importante de sentimentalismo.

No puedo negar que me gusta un carácter tan apaciguado y dulzón como la chica protagonista, que es el contrapunto a una Lauren Holly en horas bajas que se mantiene a base de bisturí (o eso me pareció), pero que mantiene un cuerpo rotundo y muy apetecible para la edad que debe tener ya. Creo que Lauren Holly hace una porquería de papel que no le pega ni con cola, pero está muy bien físicamente y me alegra que siga viva, aunque yo pensaba que había desaparecido hace tiempo de la faz de la tierra . La historia de romantiqueo que sal pimienta la historia es una falacia, donde ella se muere por él desde que lo ve, pero es él el que tiene que hacer todo el trabajo para conquistar a una mujer que prácticamente está más que conquistada. Estos rollos decimonónicos me revientan al igual que le reventaba al personaje de Barry Miller, "Bruice Lee" (Sí, así lo llamaba) en mi querida "Fiebre del Sábado Noche" (1977).