Cuál no sería mi sorpresa cuando ví que los protagonistas de esta comedia de ambiente sevillano, Alfonso Sánchez y Alberto López, son los que hacían los diálogos de ambiente sevillano en el reciente programa de TV "La noche de José Mota". Si en el programa de TV hacían de señoritos andaluces, en esta película hacen de todo lo contrario, de macarras de polígono. Tanto en un caso como en el otro, logran trascender el estereotipo.

Si, con respecto a esta película, se han señalado tantos referentes previos- Berlanga y Azcona; yo añadiría al Eloy de la Iglesia de "La estanquera de Vallecas" (1987) y al Álex de la Iglesia de "La chispa de la vida" (2011), y, si me apuran, habría que añadir "El clan de los nazarenos" (1975), de Joaquín Luis Romero Marchent- es porque esta película es una inteligente y divertida actualización de la comedia cinematográfica española, adaptándola a estos tiempos de crisis y de indignación de la mayoría de la sociedad con una minoría privilegiada que ha robado, y roba, a manos llenas. El papel de Antonio Dechent -un actor que parece insustituible en cualquier film con ambiente andaluz y/o rodado en Andalucía- es muy significativo, en este sentido: es la máxima autoridad, y a la vez es otro corrupto y otro ladrón.