Un film importante y estremecedor, que documenta la actividad rutinaria en varios mataderos de París. Tras la bucólica vida del extrarradio parisino que aparece al principio, nos adentramos en el infierno de los mataderos; un infierno, por lo mucho que me ha impresionado. Este documental es tan cruento, y a la vez tan frio y detallista, a la hora de mostrar cómo se mata, desuella y trocea a los animales que luego engrosan las carnicerías de la ciudad -en este caso, una gran ciudad como París- que hace tanto por la causa de los vegetarianos como el mejor de los panfletos, y seguramente sin proponérselo. Desde luego, si Franju lo hubiera rodado con película en color, sería prácticamente insoportable.