El mundo de los negocios americano con sus grandes empresas, contratos millonarios y cheques con innumerables ceros nos muestra lo peor de la raza humana, la avaricia y ausencia total de dignidad permiten siempre que el fin justifique los medios.

Tony Gilroy pretende formar un buen proyecto cinematográfico con una turbia historia, bufetes de abogados y la figura de un solucionador (George Clooney) dispuesto a satisfacer cualquier petición a golpe de teléfono.

La resultante es un film sin demasiado sentido que nos hace interesarnos más por el tiempo que queda para alcanzar sus 119 minutos de duración.