Película un tanto especial, de ritmo pausado y tono intimista, con muy pocos diálogos. Y aunque no es para nada aburrida, para mí el hecho de que haya tan pocos diálogos hace que sea algo fría y distante. Me hubiera gustado saber más cosas de Gertrudis, su protagonista: qué siente, qué desea hacer, qué está pensando, por qué no se rebela... No he llegado a introducirme en esa “cámara oscura”, lo que quizá, por otra parte, era el propósito de su directora. Es de esas películas que te sabe a poco porque transmite una agradable sensación pero sin llegar a conmover.

Lo mejor de la película son los temas de fondo que sugiere: ver más allá de la apariencia y descubrir la verdadera belleza, valorar lo que tenemos... cosas tan obvias y tan olvidadas muchas veces. Y todo ello presentado a través de una bonita historia y reflejado en delicadas escenas.