Entretenidísimo y espectacular western realizada por el correoso Walter Hill, que con esta película y la serie Deadwood, nos demuestra estar a la altura de Clint Eastwood, (me tiro al barro, aunque sé que son palabras mayores), a la hora de rodar un buen western, con el valor añadido de comprobar que el viejo maestro sigue en forma.
Robert Duvall y Thomas Haden Church, como el tio curtido en mil batallas y su taciturno sobrino, realizan un soberbio trabajo actoral, así como el resto del reparto, que también raya a gran altura.
Junto con 3,10 to Yuma, es el mejor western rodado desde Sin Perdón. Absolutamente recomendable y cita ineludible para los aficionados al género.