Un matrimonio de un barrio humilde de Madrid en horas bajas, acude a un boda y algo extraño sucede, porque desde ese instante ya nada vuelve a ser lo mismo, algo en el interior de los dos ha cambiado para siempre.

Mira que me cae bien Pablo Berger, un tío que es majete, campechano, que le oyes hablar y le comprarías hasta un bañador para ir a veranear al Polo Norte. Pero yo esta película no se la compro a pesar de las muchas ganas que tenía de verla por el bombo que se le dio en su estreno. Mezcla tantos géneros que se pierde entre todos ellos y no consigue llevar la película a buen puerto. Tiene thriller sin intriga, comedia negra sin chistes de nivel y terror sin necesidad de taparte los ojos con la mano, el indicador más adecuado para este género. Un quiero y no puedo, un guión con mas agujeros que un campo de golf, un adentrarse en aguas pantanosas sin un plan b para salir de ahí en caso de encallar y únicamente la sólida intepretación de Antonio de la Torre y de Maribel Verdú salvan al film de un suspenso aún más bochornoso. Esta vez querido Berger no hay conejo posible que salga de la chistera…y menos mal porque se moriría del susto.

Sacapuntas de oro: El trabajo de de la Torre y de la Verdú, oro puro. El suspiro final de Maribel es desgarrador y liberador. Deja atrás una vida dura y sabe que lo que le espera a partir de ese momento nunca puede ser peor. La pegadiza canción principal. Los momentos del mono producen escalofríos. Las humorísticas lecciones del hechizado padre a su hija.

Sacapuntas de madera: Es desalentador que para que una mujer maltratada en todos los aspectos tenga que dejarse hipnotizar para darse cuenta de lo que le pasa.¡DENUNCIA YA!. En la escena del baile…Maribel, que simplemente pasaba por allí, se sabe la coreografía mejor que el experto.

Nota: 3,5 Sacapuntas.