Un padre de familia bastante protector y exageradamente conservador conoce al novio de su hija y, desde el primer momento, la impresión que tiene de él se aleja mucho del estereotipo de yerno que se había imaginado…la batalla acaba de empezar.

John Hamburg, con amplia trayectoria en películas gamberras pero fácilmente olvidables, repite la fórmula del chiste fácil y enlatada con un guión que hace aguas por todos lados y, que salvo en dos o en tres escenas que se dejan ver y sueltas la sonrisilla tonta, deseas que acabe pronto para seguir con tu vida y tus quehaceres. Bryan Cranston como “el padre”, James Franco como “el novio” y Zoey Deutch como “la hija”, forman el trío calavera de la película, una especie de Los padres de ella 2.0 para superfumetas, frikones y miembros seguidores del Opus Dei. ¿Hasta qué punto un padre debe meterse en las relaciones sentimentales de sus hijos? En el punto en que su propia vida es un fracaso y saca esa rabia contra el que él cree que es su adversario. Se disfraza de comedia pero es un auténtico drama.

Sacapuntas de oro: Los momentos cama, cuarto de baño y peleas consentidas.

Sacapuntas de madera: Es simplona, tópica y sosainas. Cranston pone caras tan exageradas que parece sobreactuado en cada escena. Me aburrí demasiado. Diálogos demasiado soeces.

Nota: 3,5 Sacapuntas.