El cine de Gurinder Chadha es muy particular y está perfectamente definido. Se trata siempre de comedias dramáticas en las que el eje es el choque cultural entre la comunidad de origen hindú en Inglaterra (aunque de nacionalidad británica) y el resto de nativos de las islas de Su Graciosa Majestad. En eso, Chadha es una maestra, y hay que agradecerle que siempre se mantenga fiel a su personalidad como autora y a sus intereses como realizadora de cine (quizás la única excepción en su filmografía es Angus, thongs and perfect snogging).
Blinded by the light es un ejemplo más del estilo de la realizadora: una comedia con tintes dramáticos sobre un joven de origen hindú que no encaja en la sociedad y cuya familia (especialmente su padre) es muy conservadora y no le permite desarrollarse como ser humano como a él le gustaría. Más o menos lo que le ocurría a Jess, la aguerrida futbolista de Quiero ser como Beckham. La diferencia en esta ocasión es la música de Bruce Springsteen, que sirve como revulsivo a Javed y al público como canalizadora de una catarsis emocional que proporciona momentos verdaderamente emotivos (ver los dos momentos en los que suena "Born to run"). Además, Chadha saca lo mejor de sus jóvenes actores, Viveik Karla, Nell Williams y Dean-Charles Chapman (estos dos últimos vistos en Juego de Tronos), consiguiendo de ellos tres interpretaciones soberbias, llenas de encanto y naturalidad.
El problema de la película es que esta historia no daba para más de 90 minutos, y se extiende hasta los 110, y que, aunque el resultado es simpático y agradable, tampoco deja sensación de ser una película que uno desee volver a ver una y otra vez.
En definitiva, una cinta correcta y encantadora, pero sin más.

Lo mejor: Los actores jóvenes, todos fantásticos, y la emoción que desprenden las secuencias con la música del Boss.
Lo peor: Le sobra metraje y le falta trascendencia.