Entretenida película de terror fantástico, escorado en el cine de ciencia ficción propiamente dicho.
Se trata, según dicen por ahí, de una variante del mito de Frankenstein. Yo no lo afirmaría, sino que simplemente, pero ahí está su atractivo, de una conjunción de géneros, entre los que priman el negro, con sus gángsters y policías, y el clásico del mad-man doctor, que aquí no es el más malo sino simplemente el cerebro que ayuda a la mano asesina.
Es una cinta amena, pura serie B, de aquellas clásicas de los años cincuenta estadounidense, con equilibrado guión de Curt Siodmark, inteligente, agradable de ver, y fácil de asimilar.
Se dejan de lado las reminiscencias metafísicas, para ir al grano de la venganza más terrible, cruel y perfecta. Perfecta si no fuera por que la policía "no es tonta", que se dice, aunque en esta ocasión es un doctor y no un polizonte quien resuelve la tostada.
Hace pasar un buen rato y posee una buena fotografía en blanco y negro.

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