Si alguien es susceptible de hacer el primo y caer en la trampa de un peligroso delincuente, ese es sin duda Bob Hope, quien en la piel de su personaje de descarado panoli echado palante, tiene todas las papeletas para convertirse en involuntaria marioneta víctima de su mezcla de vanidad e ingenuidad.
La policía de París anda tras la pista de un peligroso estafador y asesino. Su modus operandi es siempre el mismo. Organiza partidas de póker donde reúne a un millonario con un pardillo, el cual, no creyendo en su magnífica suerte, desplumará al ricachón para luego encontrarse con que no puede disfrutar de sus ganancias por culpa de un nudo marinero enrollado en su garganta.
La policía seguirá la pista al asesino ( Roland Young) hasta el barco que parte rumbo a América. En él viajan un papá duque y su filial duquesita, una bellísima Rhonda Fleming, potenciales víctimas de nuestro avaricioso corbatero. Sólo le falta el cebo y lo encontrará en ese monitor de boy scouts, con cara de odiar profundamente a los niños ( y yo le comprendo, lo que hay que hacer para ganarse las lentejas) y muchas ganas de renegar de todos los valores puritanos de esa estreñida hermandad más espía que la Gestapo ( juro no fumar, ni beber, ni jugar, ni andar con mujeres). Crucemos los dedos.

Tengo que decir que la he visto en muy malas condiciones de imagen y sonido y, seguramente, eso influya en mi valoración porque, probablemente, ni habré podido apreciar la fotografía ni los buenos valores de producción y me habré perdido muchos chistes y gags ( con la importancia que eso tiene en el humor de este cómico) pero la comedia me ha resultado un poco insulsa, de ritmo moroso, con algunos buenos momentos ( la partida de póker por ejemplo) pero que en su conjunto transcurre suave y comedida, donde a los seguidores de Hope es posible que les complazca pero los que buscamos otros alicientes, más allá de las cualidades y el humor que pueda generar el cómico, no vamos a encontrar aquí. Este es otro vehículo más a su servicio a pesar de que la historia esté un poco más elaborada. Y eso es lo que pasa con las películas hechas para el lucimiento de cualquier cómico en particular. Tienes que amarlo para poder apreciarlas Para fans de Hope y de Rhonda, por supuesto, aunque a Rhondaaa...hay que amarla en color. O ¿no?.