Una película no es como un libro que se pueda leer por partes: mantener el interés y el ritmo creo que es importante.
He visto grandes películas que en dos minutos y con una sola escena te definen perfectamente el carácter y el pasado de unos personajes y te sumergen en un conflicto. Sin pedir tanta generosidad para con el espectador, no veo qué interés puede tener que para comunicarnos cómo se vive en un barrio marginal de chabolas se nos muestren tres horas, supongo que significativas, de lo que ha filmado una cámara puesta por ahí, sin guión ni intención conocida, salvo quizá la de “denuncia”. Es cierto, me dejo una experiencia muy real de lo que allí ocurre. Y si hubieran sido doce horas en vez de tres, más todavía, seguro. Pero ¿no había otra manera de contarlo? Mi escasa sensibilidad solo ve, salvo en algunos momentos, una sucesión de material inerte, artísticamente hablando. ¿O estamos hablamos de otra cosa?