Los vampiros son seres atromentados. Personas obsesionadas con una idea, con una persona, apasionadas pero con una gran sensibilidad que a veces roza la locura. Seres que para alcanzar lo que se han propuesto (una mujer, acabar con su enemigo, permanecer jóvenes...) renunciaron a su vida mortal para alcnzar la inmortalidad, a pesar de que estaban condenados a beber sangre eternamente.

Esto es lo que el señor Francis Ford Coppola nos muestra en su versión de Drácula, que me parece la mejor que se ha hecho ya que tiene todo: terror, humor negro, amor, erotismo, aventura, misterio, thriller, drama... En torno al mundo de los vampiros, el de los verdaderos vampiros (no el de los vampiros adolescentes de "Crepúsculo") hay una gran complejidad y un gran misterio: son seres que viven entre opuestos, por un lado quieren alcanzar su objetivo, sea como sea, pero por otro lado son personas arrepentidas, que todos los días piensan: "¿Para esto he renunciado a mi vida de mortal, pera vivir solo, matando a decenas de personas año tras año para beber su sangre?"

Gary Oldman lo borda, y por otro lado tenemos al gran Anthony Hopkins haciendo del doctor Van Helsing tal como debería ser: una persona igual de obsesionada (o más) que el propio Drácula por conocerlo todo sobre los vampiros, incluso obsesionada por matarles.

Merece la pena verla, yo creo que es el quinto mejor trabajo de Coppola, los tres primeros, por orden, serían "El Padrino", "El Padrino II" y "Apocalipsis Now".