"The resident" es muy peculiar porque pese a que juega con las cartas boca arriba no logra explicar nada. Desde el principio sabemos de que va la historia, e incluso muy rápidamente conocemos "al malo" pero lo increíble, bueno no taaan increíble, es que en nigún momento se nos explica porqué el psicópata actúa como tal.
Sí hay algunos vagos flashbacks donde supuestamente se busca justificar tales actitudes con la típica infancia terrible pero a mí no me alcanza.
El guión ni siquiera es previsible, porque algo previsible es aquello que adivinamos cuando la intención del guionista es la opuesta, pero aquí no hay nada que adivinar porque el guionista es consciente de que sabemos perfectamente sus trucos.
Todo esto provoca que el guión no logre generar nada de intriga porque de antemano conocemos los hechos, lo que desemboca en una narración planísima que solamente se soporta gracias a un reparto más que cumplidor.

Es realmente admirable ver como Swank, sea el personaje que sea, se lo toma con tal responsabilidad como si de aquí fuese a competir en los Oscars, la escena en la que ve el vídeo en la PC es tremenda.
Jokinen desperdicia a Lee, actor fetiche de la, para mí, prestigiosa productora Hammer, quien interpretara al Drácula que ésta engendrara antaño.
Y Morgan se resiste a que su personaje caiga en el ridículo pero es imposible remontar una cometa que ha sido baleada.

Una pena porque la productora británica me había deleitado este año con la atractiva "Dama de negro", esperemos que ésta última sea la primera de una remontada exitosa para la quizá productora por excelencia del género de terror.

Lo mejor: el reparto.
Lo peor: la obviedad del argumento.