Sonnenfeld y Fuller proponen otro tipo de serie, una que mamando de quién mamen (ya que no creo que las influencias de "Amélie" sean tan evidentes como ven algunos) pueda aprovechar el enorme poder estético que el primero posee dada su experiencia ("The Adams Familiy", "MiB",...).

Para ello diseñan un mundo a su medida, con un colorido de dibujos naïf y unos personajes que unen sus intrigas familiares a ciertos asesinatos de tan simple resolución como humorísticos hechos. Todo junto genera un estilo, y -aunque no llega a enganchar- logra que la su visión sea original y complicada de igualar por sus competidoras en el mercado.

Su "fracaso" puede deberse a que no despierta ningún ansia (fuera del placer de ver un trabajo bien hecho) en el espectador. No engancha, y eso es vital para mantenerse en el mercado. Y es una pena porque ofrecía un producto cuasi exclusivo.

Primera temporada:
O como un pastelero puede ganarse la vida mediante intermediarios. Sobresale el personaje de Chi McBride, el detective que deja su carrera en manos de dicho hacedor de dulces para poder dedicar más tiempo a sus aficiones (como hacer ganchillo).