Esta película, interesante de principio a fin, capaz de hacer brotar la reflexión en el espectador, tiene a su favor una historia interesante y dos actores excelentes. Sin duda, la recordaremos por la aparición estelar de Thomasin McKenzie, una adolescente que a poco que tenga algo de suerte en sus próximas películas, dará que hablar.

La historia de un inadaptado, asocial y protector padre, con un trauma de guerra que no se explica, pero se intuye, capaz de criar a una hija en la soledad de un bosque hasta que la sociedad y sus normas, primero, y la propia hija, deseosa de insertarse en esa sociedad, se plantan ante sus intenciones.

Las miradas, los silencios, los parcos diálogos entre padre e hija, la aparición de personajes secundarios del más profundo rural americano, marcan el devenir de la película sin que apenas nos dé tiempo a reflexionar sobre lo que estamos viendo. Eso lo tendremos que hacer más tarde, porque la película lo propone y porque, además, merece la pena hacerlo.

Cine independiente de muy buena factura.