Si Paco Plaza trabajara en USA haría pelis de terror como esta pero con más medios, nada más que eso. Y nada menos. Ritmo, utilización de los tiempos, encuadres, música, sustos medidos... Ante todo, en este caso, un casting acertadísimo con el añadido y la dificultad de elegir (y muy bien, por cierto) al cuarteto de niños actores, francamente un gran acierto. Como lo es la ambientación de la película en esos primeros años 90, algo que sabrán apreciar perfectamente los nacidos en los 80 o antes. Esos detalles son algo que sube el nivel de cualquier film. Donde la película rechina un poco es en las apariciones de la aparición, valga el jueguecito de palabras. Es ahí donde quizás los medios (o la ausencia de ellos) se note más. El recurso al susto que luego es un pasaje onírico vale para una vez, no es bueno tampoco el repetirlo, al espectador no le gusta que le tomen el pelo más de una vez. En conjunto, una buena película de género, eficaz en su cometido de dar miedo, elegante en su línea narrativa, muy bien interpretada y con una potencia en las escenas de interiores (recordemos la magnífica REC) que ya parece un sello de Paco Plaza. Y gracias, por supuesto, por recuperar a ese mito vivo del cine español, la gran Ana Torrent. Cómo pasa el tiempo y qué pena da constatarlo.