Sin duda estamos ante el retrato de gente normal, como nosotros, que vive en estos tiempos inciertos en los que la vida laboral es un pequeño drama para casi todos. Situar la acción en Alemania es ya de por sí un acierto, ya que los personajes se mueven en territorio que no conocen y se muestran incluso más vulnerables, lo que ayuda al espectador a verse reflejado en uno o en varios de ellos con mucha facilidad. Los diálogos son fluidos, los actores más que idóneos, todos muy bien, el metraje es ajustado y la directora maneja la historia, muy costumbrista, insertando incluso algunas dosis de suspense, ya que los personajes parecen ocultar algo, un pasado en su amistad, en sus relaciones que se nos va desvelando poco a poco, y nunca de manera total, de forma que el espectador se ve obligado a pensar, a apostar por opciones que salpican poco a poco la historia. Buen cine, español y con enjundia. Una buena película que merece reconocimiento de taquilla y de premios. Pero eso es otra historia, claro.