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Natxo Borràs rating:
10
Drama 1916, during World War I. Lieutenant Maréchal and Capitaine de Boeldieu are two combat pilots who are shot down by the Germans. They are taken to a prisoner of war camp where they strike up a friendship with Lieutenant Rosenthal, a wealthy Jew who shares lavish food parcels sent by his family with his fellow prisoners. The three men help with digging a tunnel in a bid to escape from their prison, but they are transferred to another camp ... [+]
Language of the review:
  • es
February 4, 2018
10 of 11 users found this review helpful
Grandiosa película enmarcada dentro del género bélico pero indudablemente más profundizada en su gran valor humano que se desarrolla durante la I Guerra Mundial, en el choque frontal de dos potencias emergentes como eran el Imperio Alemán y Francia en su contienda por los dominios de territorios, entre otros, de Alsacia y Lorena.

Dos oficiales franceses, el capitán Boeldieu (Pierre Fresnay) y el teniente Maréchal (Jean Gabin) son hechos prisioneros por los soldados del capitán von Rauffenstein (Erich von Stroheim) que los recibe de manera muy hospitalaria antes de confinarlos a un campo de prisioneros junto con otros oficiales como el teniente Rosenthal (Marcel Dalio). Tras un intento de fuga son deportados a un viejo castillo en lo alto de un monte y bajo el mando del mismísimo Rauffenstein que con la misma diplomacia y hospitalidad les sugiere que no cometan la locura de escapar.

Se considera “Le Grande Illusion” la mejor película de Jean Renoir por ser la más comprensible y entendedora de sus obras ante el gran público y el éxito que se expandió fuera de sus fronteras (fue el primer largometraje extranjero en estar nominado a los Oscar en categoria de mejor película, estatuilla que le arrebató “Vive como quieras” (You Can’ t Take it With You, 1938) de Frank Capra) pero que dejo una estela de esperanza y positivismo al mostrar la camaradería entre enemigos y una diferencia de clases no cuestionada. La rivalidad entre Rauffenstein y Boeldieu queda confundida por un sentido de la diplomacia exquisito y propio de caballeros unque tienen asimilado que esos tiempos de nobleza están ya pasados y es lo único que les queda de una guerra cruel e inútil, pues son servidores fieles a sus respectivos países.

Por otra parte esa situación de respeto mutuo se insinua entre los prisioneros y sus carceleros alemanes. Maréchal y Rosenthal, de rango militar inferior y condición social más baja, ganan protagonismo en la hermosa parte final de éste gran clásico que entona un grito a la inutilidad de las guerras.
Natxo Borràs
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