En este film de 1980, el director de fotografia Gordon Willis hizo su salto a a la dirección, con una cinta que realmente llega a dejar frío al espectador.
La protagonista es Talia Shire, una mujer que se encuentra aterrorizada por hechos que le han sucedido. Elisabeth Ashley, en cambio, es una mujer madura con unas intenciones bastante oscuras....pero que desconocemos.
El problema del film es que es como un encefalograma plano, no tienen ningún punto álgido ni ningún momento que te marque, y es que es lástima porque la premisa del film daba para algo más.
Los dos únicos puntos a favor del film son: la fotografía (faltaría más) y la banda sonora del compositor Ennio Morricone.