Vaya argumentazo, señores. Ya no se hacen películas como las de antes. Estamos ante una joya de visión obligatoria para todos aquellos que adoren el cine fantástico. El planteamiento inicial es sumamente impactante si nos lo imaginamos por un momento en la vida real. ¿Quién es extraterrestre y quién no?

Los extraterrestres atacan desde dentro, introduciéndose en la sociedad y controlándola progresivamente de forma imparable. Tan traumatizante podía resultar al espectador este nuevo enfoque, que los productores pensaron que resultaba excesivo, e impusieron a Siegel añadir un epílogo, cambiando el final inicial.

Siegel aplica al film un ritmo perfecto e in crescendo, llegando a agobiar bastante al espectador, sobre todo en su tramo final. Y tratándose de un film de corte fantástico, rehuye en todo momento los golpes de efecto típicos del género, e incluso de la violencia, logrando todo con una atmósfera extraordinaria de puro terror. A ello contribuyen también las excelentes interpretaciones de todos su reparto, empezando por un sensacional Kevin McCarthy, que a partir de esta película se hizo bastante famoso.

Es tal su poder de sugestión, que uno la tiene en la cabeza inquietando en nuestro interior, después de varios días.

Obra maestra del cine fantástico.