Si hay algo que tuve claro al terminar la película es que todos, absolutamente todos los actores se lo han pasado bomba. Puede que los incondicionales de Meryl Streep sufran un ligero shock al verla en este papel; es muy probable que , en ciertos momentos, nos parezca que rozan el ridículo, pero creo que hay una lectura simple de la película: Había que trazar una historia que ilustrara la banda sonora, conseguir un fondo de pantalla de ensueño y lograr que los actores volvieran a las clase de interpretación más elemental, como las típicas representaciones de fin de curso que disfrutan los artistas y, en ocasiones, padece el público.