Digno sucesor de Abbas Kiorostami, el también iraní Asghar Farhadi aborda en "El pasado" continuidad temática con su anterior película.
Esta vez ,dado que la acción transcurre en Francia, las consecuencias que ocurren tras una separación se acomodan a cierta percepción más occidental que nos hace sentir cercanos a los personajes. Desde la magistral secuencia inicial del reencuentro entre Ahmad y su ex-mujer que se ven a través de un muro insonorizado de cristal, Farhadi nos muestra como han evolucionado dos personas que se vieron envueltas en un conflicto común que los separó. Y esa evolución se desarrolla de modo bien distinto.Como la vida de muchos seres humanos que aspiran a llegar a estabilidades finales o duraderas,soportando acontecimientos que, casi siempre, vuelcan la ilusión y la certeza.Así es la vida. El director nos hace participes de un estudio máximo de unos personajes en un contexto aparentemente mínimo,en donde las apariencias y las realidades iniciales se adaptan a nuevas contingencias.
El breve tiempo en el que trancurre la historia es un factor determinante que, sin duda, hace más atractiva una película compleja y delicada
Dentro de la introspección personal y social que últimamente nos viene mostrando el cine francés- Ozon, Audiard, Claudel...- de la vida de nuestro tiempo, Asghar Farhadi se instala perfectamente en su visión personal de uno de los temas más habituales de nuestros días.
Capítulo aparte para la brillante Bérénice Bejo que hace una gran representación de su personaje.
Si, a modo de posdata, se pudiera hacer una objección a "El pasado",seria lo que a la película le cuesta coger el tono adecuado en los primeros compases.Excepción hecha de la referida secuencia inicial en el aeropuerto.