Demi Moore, la Moore con mejores tetas después del director Michael Moore, cobró por esta película 12 millones $, lo que viene a ser 6 millones $ por cada ubre, más o menos al precio que esta hoy en día la leche, el dinero que podría producir una buena vaca lechera en unos años.

Si a Michael Moore le ofrecieran la mitad de ese dinero por enseñar las suyas, dejaría de hacer documentales y se dedicaría a restregarse por una barra de striptease y contorsionarse lascivamente mientras Bush le coloca billetes en el tanga.

Las ubres de Demi Moore además de mala leche (la que le entra a uno después de ver este bodrio) produce espectadores, razón por la cual Demi no se encuentra pastando ahora mismo en algún prado de Galicia con las de su misma especie, al contrario, siguen considerándola "actriz" y permitiéndole que viva en Hollywood.