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AVISPA rating:
6
5.6
6,568
Drama
When Steve Rubell (Myers), the mastermind behind New York's infamous STUDIO 54 disco, plucks young Shane O'Shea (Phillippe) from the sea of faces clamoring to get inside his club, Shane not only gets his foot in the door ... but lands a coveted job behind the bar! By following Shane's rapid rise from naive busboy to the notorious nightspot's sexy main attraction, you're allowed an unforgettable look at the spectacular rise and fall of ... [+]
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- es
March 29, 2007
26 of 28 users found this review helpful
La vida de excesos que llevaban en la disco Studio 54 no es eterna. Y el elitismo que ahí se vivía, era solo un espejismo, en un mundo en el que la droga, el sexo y el codearse con la farándula eran efímeros.
Steve Rubell (Mike Myers) el dueño del lugar, ofrecía un lugar para las fugas de la realidad, que muchos jóvenes querían vivir. Un sueño embriagador, es Studio 54.
Gran actuación de Mike Myers dándole al personaje lo necesario para hacer creíble un personaje sumergido en “la fiesta” y embriagado en el ambiente retro de Studio 54.
Película de agradable ambiente nostálgico.
Sentidos embotados en la bendita juventud.
Sensualidad en la noche Neoyorquina.
Steve Rubell (Mike Myers) el dueño del lugar, ofrecía un lugar para las fugas de la realidad, que muchos jóvenes querían vivir. Un sueño embriagador, es Studio 54.
Gran actuación de Mike Myers dándole al personaje lo necesario para hacer creíble un personaje sumergido en “la fiesta” y embriagado en el ambiente retro de Studio 54.
Película de agradable ambiente nostálgico.
Sentidos embotados en la bendita juventud.
Sensualidad en la noche Neoyorquina.
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Spoiler:
Después de estar en prisión, Steve Rubell es traído nuevamente a Studio 54, y se vuelven a reunir todos sus amigos para la reinauguración… pero esto, es también un espejismo, solo un gancho para iniciar una nueva etapa, que ya no será lo mismo. Y conforme las luces bajan de intensidad y la silueta de Rubell va desapareciendo en lo alto de la disco; así se va extinguiendo una época de glamour, de excesos en la que Steve Rubell era un dios pagano en las noches de Manhattan, allá en los 80´s. Porque los ídolos de barro, la belleza física y los placeres mundanos son pasajeros.