Historia muy manida, que presenta al nuevo profesor, con nuevas y originales ideas, que conecta con los alumnos, haciendo que todo vaya bien.
Sigue el esquema habitual de este tipo de producciones, que cuenta con la aportación de visitar el pasado, con imágenes y flashbacks que no llegan a dar solidez al argumento, pero que permiten profundizar en las motivaciones del profesor y en sus preocupaciones.
Lo más destacado sin duda es la labor interpretativa que realiza Adrian Brody, que logra aportar a su personaje la intensidad y ternura necesaria, para conquistar a todos los que le rodean.
La trama se vuelca en exceso en el drama, presentando situaciones que resultan forzadas, para conseguir la simpatía del espectador en favor del personaje principal, por ser fuerte ante las desgracias y ofrecer su ayuda a los que lo necesitan.
Consigue ofrecer una visión ligera de la situación de debilidad por la que pasa la educación, en la que ni los propios profesores tienen confianza en sacar adelante o aportar algo a sus alumnos, pero el mensaje se dispersa en una sucesión de situaciones dramáticas mal hilvanadas, que no aportan solidez al conjunto.