Bella, emotiva y conmovedora. Estos son algunos adjetivos que podrían usarse para catalogar esta maravillosa película, Victor Fleming imprime su sello en esta singular obra maestra en aventuras en alta mar. La historia nos habla acerca de la superación personal y del reto que supone valerse por uno mismo, el paso a la madurez personal.

La trama gira en torno a un niño perteneciente a los mayores estratos de la clase social que vive con su padre, quien nunca se ha ocupado de él y que siempre a procurado que no le faltase nada a su hijo. Este hecho ha convertido al chico en un niño de lo más egoísta y repelente que siempre ansía conseguir lo que quiere por medio del chantaje y de la persuasión. En un viaje que realiza con su padre en un yate, caerá por la borda y será recogido por un sencillo barco ocupado por un grupo de pescadores pobres que le enseñarán las lecciones de la vida. Allí conocerá a un pescador portugués llamado Manuel, quien le enseñará apreciar la vida en cada una de sus vertientes. El niño simpatizará con Manuel y más adelante con el resto de pescadores convirtiéndose en uno más de la tripulación. Con el tiempo, el niño egocéntrico y egoísta se convertirá en un niño de lo más trabajador, afectivo y colaborador con sus camaradas.

El mensaje de la película es adoptar el reto de hacernos mayores e ir adquiriendo responsabilidades. Todo el reparto de actores es sublime, destacando al chico, Freddie Bartholomew y al increíble Spencer Tracy, que construye uno de los personajes más bellos y conmovedores del séptimo arte. Y es que es imposible no simpatizar con él y con su bella y sencilla visión de la vida junto con su pasión por cantar. “Capitanes intrépidos” es algo más que una película de aventuras, es una cinta de lo más bella y tierna gracias a sus personajes y el mensaje que trata de reflejar, es una obra maestra que todo el mundo debería ver.