¿Cómo es posible que una película tan dura y brutal pueda ser al mismo tiempo mágica y fantástica? Tal vez gracias a esta cuestión "El Laberinto del Fauno" arrasó con merecimiento en 2006 con todos los premios cinematográficos posibles. Aunque Guillermo del Toro sea mexicano, puede afirmarse con rotundidad que un reparto tan español permite que podamos apropiarnos con orgullo de esta joya del séptimo arte, que el tiempo seguramente catalogará como título de culto gracias a su enorme guión original donde los haya.
Todo el elenco cumple con creces (Maribel Verdú realiza para mí uno de los mejores papeles que le he visto, y curiosamente sin enseñar carne), pero sin duda en la memoria quedará ese cruel Sergi López, capaz de las mayores atrocidades y con esa chulería que lo caracteriza por considerarse de los vencedores (y lo peor es que gente como él debió de existir en la España de Franco). Habrá quien acusará al argumento de ser maniqueo y tendencioso, pero lo cierto es que la persecución a los maquis rebeldes fue implacable en la posguerra.
En definitiva, toda una sorpresa a la que no le puedo poner ningún defecto. Una película redonda absolutamente, incluso en su desenlace.