Llegadas estas fechas el calendario casi invita a revisar una de “romanos”. Este año me he decantado por una película que revolucionó el cine al ser la primera superproducción en Cinemascope y que, curiosamente, es de las menos emitidas en Semana Santa: “La túnica sagrada”.
Digo lo de curiosamente porque creo que es de las pocas históricas sobre la Pasión de Cristo, que además transmite un fuerte mensaje acerca del significado de la muerte de Jesús de Nazaret para la humanidad.
De hecho, el protagonista, el tribuno Marcelo Galio (Richard Burton) sufre pesadillas y tormentos hasta que comprende la nueva de la redención para los hombres. De carácter osado, arrogante y materialista como la mayoría de los romanos, el destino le conduce a Palestina como castigo por haber retado públicamente al príncipe. Allí le es ordenada la supervisión de la crucifixión de Jesús y de los dos ladrones. Este hecho le afecta psicológicamente y lo trastorna sin entender la causa. Tanto le obsesiona la cuestión, que regresa a Palestina para investigar cuáles pueden ser los motivos. Una serie de circunstancias le harán cambiar radicalmente de opinión y convertirse a una vida desconocida hasta entonces para él.
Muy buen trabajo de todo el reparto, en el que también figuran Jean Simmons y Victor Mature. Además, presenta la particularidad de que el enemigo del cristianismo es en esta ocasión un Emperador poco tratado en el cine: Calígula. El ritmo con que se desarrolla la historia es excelente, no decae en ningún momento, con un guión bien estructurado y un final no del todo esperado y abierto, que permitió rodar la continuación de esta película en “Demetrius y los gladiadores”.
Lástima que algunas escenas en su día censuradas no hayan sido dobladas al castellano, aunque no constituyen obstáculo para seguir el argumento.
Mi nota: 8,7