Decidí verla porque me sentí identificado con el personaje principal, ¿quién no ha tenido una mala experiencia en el trabajo o en los estudios y ha tenido que aguantarse todo lo que venía encima para guardar las apariencias? Cada uno tiene su forma de liberar ese odio acumulado (poner un comentario en twitter, haciendo deporte, gritar a los cuatro vientos…) Pero que un adorable oso panda rojo liberara su odio cantando death metal, me parecía una mezcla bastante peculiar y cómica.

Y la verdad es que el humor de esta serie me ha gustado mucho, sobre todo por lo realistas que son sus personajes, ya que te recordaran alguien conocido, aunque más exagerado. Todos tienen algo que te agrada. Además, no son personajes planos y sientes que van evolucionando con el paso de los episodios.

La animación me gusta, no es preciosa, pero es llamativa y funcional. El mismo problema es su banda sonora, solo es un apoyo, está basado en late motiv, la canción de las amigas de Retsuko, el modo cabreo, momento feliz… Luego en su tercera temporada debido al lugar que ocupa esta dentro de la historia cobra mayor importancia y aumenta la calidad de la misma. Y la cuarta logra dar un cierre merecido a la serie, tratando temas tan serios como los problemas que tiene que enfrentar la juventud japonesa.

En definitiva, gracias a esta serie he logrado desconectar un poco de mi día y me he reído bastante, y creo que la calidad de animación o su banda sonora no hace que disfrutes menos de las divertidas historias de la vida de Retsuko. Es cierto que sus cinco temporadas no tienen el mismo nivel pero logran por lo menos mantener un mínimo de calidad y contar cada una historia diferente que mantiene la esencia de la misma y lograr captar tu interés.