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pizzapasta rating:
9
Documentary While documenting the experiences of prostitutes in Calcutta's red-light district, photojournalist Zana Briski befriended many of their children and decided to provide them with a chance to record images from their own lives. Supplied with cameras by Briski, the children present a portrait of their harsh world that is both unique and insightful.
Language of the review:
  • es
February 8, 2008
12 of 17 users found this review helpful
A día de hoy demostrar que querer es poder, en un mundo tan vergonzosamente injusto y mal repartido como el que nos ha tocado en desgracia, es más que importante; pues supone recuperar tanta esperanza en la fuerza de los valores humanitarios que ya sólo por eso merece la pena acercarse a este documental.
Supone también espabilar conciencias adormiladas, bien por ignorancia, bien por impotencia, o incluso por indiferencia; y despertar potenciales intenciones solidarias ahogadas en la confortable y blanda cotidianeidad occidental.
Por otra parte, además de lo motivante que resulta observar que iniciativas individuales con tan pocos medios son capaces de hacer tanto por personas desfavorecidas; un ejemplo de este calibre implica también escupir una vez más en la frente de los más que ineficacísimos políticos que alimentamos día a día en todos y cada uno de los paradisíacos países llamados del primer mundo a base de nuestro IVA, IRPF, EURIBOR, etc, etc, etc. Supone, en consecuencia, indignar a todo aquel que, molestándose en reflexionar medio minuto, se percate de que si no se solucionan lacras es porque realmente nunca ha existido intención de remediarlas.
Termina el film y nuestra retina, nuestra memoria y nuestro corazón conmovido (más ancho después de tal exhibición de solidaridad) conservan todavía la belleza de como un rayo de esperanza ilumina por primera vez las sonrisas de unos niños que habían crecido hasta entonces sin oportunidades y abocados a un destino atroz.
Y mientras te emocionas con los encomiables esfuerzos de Zana Briski, tu ética personal masculla "¡Ya está bien!", te sientes más pequeño al comparar sus satisfacciones individuales con las tuyas, y se tambalean a tu alrededor todos tus banales momentos de ocio superficial, así como tus vacíos y, la mayoría de la veces, egocéntricos esfuerzos cotidianos.
Gracias "Tita Zana", por ellos y por nosotros.
pizzapasta
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