Me enganchó en la primera temporada, y ahí sigo. No hablaré de perfección: las temporadas han tenido un ritmo irregular y, así como la primera casi lo fue, la segunda ralentizó el ritmo en exceso, imagino que por presiones de la productora, exprimir la vaca y eso. Sin embargo, a lo largo de tantísimos capítulos han conseguido mantener la esencia al tiempo que introducían cambios necesarios en su desarrollo: 1. para mantener el interés; 2. para empezar a dar respuesta a todo lo que se había planteado.

Lo mejor para mí, sin embargo, es que una serie coral como ésta, que se basa en la intriga y en los misterios, haya conseguido hacer un retrato tan bueno de sus personajes (aunque ciertamente ha habido flashbacks innecesarios o innecesariamente largos). En este sentido, el casting ha sido brillante, aportando cada actor lo preciso para su personaje (aunque unos más y otros menos). La ambigüedad de Juliet (en la tercera temporada), la bonhomía de Hurley, el descaro de Sawyer, el clarividente Desmond, el que Locke encuentre un lugar donde moverse como pez en el agua, entre otros, y sin olvidar uno de los más grandes personajes que ha dado la televisión: Ben Linus (quien, por cierto, no apareció hasta la segunda temporada).

Entiendo muy bien, por otra parte, que tenga detractores: éste es un ejemplo claro de historias que si no amas, detestas. Aunque bien es verdad que algunas de las críticas que le hacen también se las hago yo. Sin embargo, siendo una historia tan ambiciosa y compleja, creo que se ha desarrollado hasta ahora con más brillantez que torpeza.