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Spain Spain · Logroño | Madrid
Jorge Pardo rating:
8
Drama Eve, whose husband Arthur has walked out on her, joins her three daughters to try and deal with the situation. Although she’s having a hard time, her daughters have their problems too, a number of which arise from Eve’s stilted loving of them over the years. Emotions hit the fan when Arthur shows up at the family house with the woman he intends to marry.
Language of the review:
  • es
April 20, 2020
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Resulta recurrente, y también inevitable, referirse a Bergman a la hora de hablar sobre 'Interiors', donde Woody Allen trata de emular/homenajear a uno de sus más admirados mentores. El cineasta neoyorquino, sin embargo, no está tan interesado como el sueco en ese aura espiritual que emana de las películas de este último, sino en los conflictos más mundanos, pero no menos importantes, de los protagonistas. Acierta el de Brooklyn en la construcción de los personajes y se destapa como un gran director de actrices –como su maestro–, si bien es cierto que la problemática del reparto, una familia desestructurada y acomodada a partes iguales, puede mostrarse banal. Esto último está compensado, no obstante, por el cariño con el que el propio Allen desarrolla esas situaciones, su psicología, y por la compasión que desprenden las Keaton, Hurt y Page, con las que resulta imposible no mostrarse empático.

El peso de la otra mitad de la cinta recae en la excelente fotografía de Gordon Willis, maestro de lo oscuro, que se empeña en reflejar el mundo interior de los personajes a base de tonos fríos y pálidos y en espacios austeros y rectilíneos, reflejo del vacío existencial de todos ellos. No hay concesiones, la puesta en escena es rígida y teatral, y el único contrapunto lo pone Maureen Stapleton, una madrastra buena, que luce ropas de colores muy vivos y que, pese a no ser tan culta como el resto, solo ella parece no vagar como un fantasma por la pantalla.

Desconozco si Allen se propuso demostrar al mundo con este trabajo que era capaz de dirigir un filme que es simplemente un drama, alejado ya de sus orígenes, en los que predominaba el humor y una forma de hacer comedia muy particular. Lo consiguió con creces en su octavo largometraje, un ejercicio de precocidad y madurez donde fondo y forma se funden en perfecto equilibrio.
Jorge Pardo
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