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Spain Spain · Murcia
HAL9000 rating:
5
Drama A nurse is put in charge of an actress who can't talk and finds that the actress's persona is melding with hers.
Language of the review:
  • es
October 14, 2013
19 of 25 users found this review helpful
Estudiemos un típico caso de ser humano que le gusta votar películas en Filmaffinity: Tiene, como todo buen cinéfilo que se precie, una lista de películas pendientes de ver. Y todo buen cinéfilo tiene en su lista de películas pendientes de ver “Persona” de Ingmar Bergman. Por supuesto nuestro individuo sabe que Ingmar Bergman fue un director sueco, maestro del séptimo arte, aunque no tiene muy claros los motivos de tal consideración. A nuestro individuo le encanta decir “Ingmar Bergman”, también le gusta decir “Bibi Andersson”, pero no tanto.

Por fin llega el gran día, a nuestro amigo se le presenta la oportunidad de ver por fin “Persona” y lo dispone todo para tal ocasión. Prepara sus aperitivos, su lata de refresco favorito, mete el disco en su reproductor dvd y se dispone a disfrutar de una de las obras maestras del cine. No esta doblada al castellano, “¡bien! Así podre disfrutarla en versión original”, se dice. Comienza la película, nuestro amigo se muestra un poco sorprendido por lo que ve en pantalla, imágenes en principio incoherentes, ¿eso que sale es una oveja? Sin duda debe tener algún significado, aunque nuestro amigo, así, “de primeras” no lo pilla. ¿Porqué le hacen eso al pobrecito animal? ¿Y el esqueleto? Nuestro amigo ya se está dando cuenta de que va a tener que emplear toda su capacidad de atención, es una película “difícil”. Pasan los minutos y el film se torna más ameno, a nuestro amigo le parece que Bibi Andersson es una pedazo de actriz. También sigue pensando que Ingmar Bergman es un genio, aunque sigue sin tener claro porqué. No obstante para disimular su propia falta de entendimiento vuelve a pronunciar para si mismo esas dos palabras que tanto le gusta pronunciar: Ingmar Bergman. Se recrea especialmente en la pronunciación de las “g”.

La película avanza y nuestro amigo no la encuentra especialmente interesante, le cuesta entenderla aunque piensa que la fotografía en blanco y negro es bonita. No obstante conserva la esperanza, la certeza incluso, de que el final de la película todo quedará aclarado, ¡no en vano está viendo la obra maestra de Ingmar Bergman!

Aparecen los créditos finales y nuestro protagonista con la boca torcida se queda unos segundos inmóvil. Se siente claramente superado, no entiende la película, no entiende su argumento ni su significado, pero no tiene ninguna duda de que la culpa es suya, quizás no ha estado atento, se le ha escapado algún detalle, la verdad es que los créditos finales le han pillado de sorpresa, no se los esperaba aún, y eso de estar leyendo… hace que te pierdas muchas cosas en pantalla. Con el rostro desencajado y la cabeza llena de dudas nuestro amigo se decide a entrar en Filmaffinity a leer algunas críticas para ver si alguien le explica lo que acaba de ver.

Lo primero en lo que se fija nuestro protagonista es en la nota media de la película: un 8,2. Mira ese 8,2 y se reafirma en su idea inicial “es una obra maestra”, y después piensa “lo que pasa es que así de primeras cuesta entenderla”. Tras leer varias críticas empieza a verlo claro: las referencias a la religión, a la muerte, la paradoja del monólogo frente al silencio, la dualidad del ser humano… que temas tan trascendentales… ¡que director tan arriesgado es Ingmar Bergman!, en su cabeza siguen existiendo grandes lagunas, pero ya da igual, ahora lo tiene clarísimo, acaba de asistir a una auténtica obra maestra del cine.

Llega el momento preferido de nuestro amigo: votar la película. Echa un vistazo al perfil de votaciones y observa el grueso de votaciones entre el 8 y el 10… A nuestro amigo le parece exagerado ponerle un 10, más que nada porque no ha entendido nada, se ha aburrido bastante y no ha sacado ningún provecho de su visión… pero tampoco le va a poner un 5, va a parecer bobo si lo hace, o alguien puede pensar que no la ha entendido, que no está a la altura.

Finalmente decide que un 8 está bien. Por último se deleita nuevamente en aquello que más le ha gustado de la película: pronunciar esas dos palabras mágicas: Ingmar Bergman, haciendo hincapié, por supuesto, en la pronunciación de las “g”.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
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