Dos comienzos, ¿por qué dos comienzos? Un relato a medio camino entre la ficción y realidad, plagada de efectos especiales, con unos decorados caros y elaborados, junto con unos actores de buen nivel nacional, comprenden un film, que por el mal hacer del montador, el pésimo guion y junto a una mala adaptación, consiguen hacer bostezar a más de uno, gracias sobre todo a esa incomprendida insulsa historia, no la secundaria y guía de la principal, que es aún más pésima, incapaz de transmitir la más mínima de sensación y menos aún de profundizar en los personajes, excepto en dos líneas, tipo resumen, de toda una vida.

Estalingrado, una de las batallas más sangrientas de la humanidad, en este film, no deja de ser, una historia, parcial, de amor, en medio de la batalla, y aunque con grandes alardes de los efectos especiales, no muestra ni la dureza, ni la crueldad, ni el miedo qué hubo allí. Para Bondarchuk parece ser que solo fue un desfile épico y glorioso hacia el Cielo.

Sólo destaco una escena, una de los primeros 20 minutos, cuando los soldados, envueltos en llamas corren contra el enemigo, increíble de imaginar, pero efectiva, dura, aunque carente del odio y la furia, pero aún así, es la mejor de todas.